Título original:
The running man.
Autor: Stephen
King (bajo el pseudónimo de Richard Bachman)
Traducción: Hernán
Sabaté.
Nacionalidad:
Estados Unidos.
Editorial: RBA.
Edición original:
1982.
Edición: 2003.
256 páginas.
Tapa dura.
Precio: 8,95 €
(Edición DeBolsillo)
ISBN: 8447333558
Me gusta Stephen King. Hay a muchas personas que el género de terror no
le gusta, pero a mí sí. Y he leído muchos libros de King. Unos, obras
magistrales (como Apocalipsis, El resplandor o It), otras
buenísimas (como El cazador de sueños o la larga marcha), otras que me
gustaron mucho (La larga marcha, La cúpula o Carrie) y otras que
ni fu ni fa (que ni recuerdo su nombre). Ésta, por desgracia, se encuadra entre
estas dos últimas: Me ha gustado, pero tampoco es gran cosa
Autor
Stephen
King es un autor con muchas, muchísimas novelas escritas y publicadas. Su ritmo
creador es brutal. Tanto, que, como él mismo cuenta en el prólogo de El
fugitivo, tuvo que crear y publicar bajo el pseudónimo de Richard Bachman.
«Yo no creía estar saturando el mercado como Stephen King… pero mis
editores sí lo pensaban. Bachman se convirtió en un elemento de transición,
para ellos y para mí. Mis “editores de Stephen King” se comportaron como una
esposa frígida que sólo desea entregarse un par de veces al año y pide a su
marido, permanentemente cachondo, que se busque una prostituta de lujo. Era a
Bachman a quien yo recurría cuando necesitaba descargarme».
De lo que no hay duda es que Stephen
King sabe crear personajes profundos, ambiguos, oscuros, queridos, odiados,
reales, fantasiosos. Y crear una atmósfera y un ambiente de opresión,
claustrofobia y de situaciones al límite que a mí, personalmente, me encanta.
Argumento
A mediados del siglo XXI, un concurso televisivo cuyo principal atractivo
es la muerte de los participantes bate récords de audiencia. Ben Richards,
padre de una niña enferma y sumido en la más profunda miseria, decide concursar
atraído por los extraordinarios premios, aun a sabiendas de que no sobrevivirá.
Sometido a una implacable persecución, se plantea un único objetivo: resistir
tantos días como sea posible para aumentar el premio y asegurar la subsistencia
de su familia. Un aterrador futuro donde la televisión es la única realidad.
La novela
La novela se compone de capítulos muy cortos, cuyo título ya te adentra
en el ritmo ágil y rápido que tendrá toda la historia: …Menos
100 Y CONTANDO…, como si fuese la cuenta atrás de una bomba, y todo
acabase en el 000.
Es una novela que se lee muy rápido. Se centra más en la acción que en
los personajes, así que estos no están muy bien perfilados, ni muchísimo menos
como en otras de sus novelas, pero quedan claras las motivaciones de cada uno,
y el porqué de su actuación.
La novela se nutre principalmente de los diálogos, lo que le da ese
ritmo ágil del que hablaba a la historia. El narrador está en tercera persona,
bajo el punto de vista de Ben Richards, el protagonista.
Mi opinión
La sinopsis me atrajo. Con los realities que inundan nuestra
televisión, no me extrañaría que en un futuro los concursos fuesen a vida o
muerte, como nos muestra King. No es el primer autor (ni el último, seguro),
que nos trae este futuro apocalíptico con concursos televisivos mortales. En la
novela, en vez de televisiones, se llaman librevisores. Supongo porque
precisamente la libertad es lo que te quita. Es como una droga, solo que más
barata, tanto para quien ve el librevisor como para quien la controla, porque
no hay pueblo más dócil y fácil de manejar que el ignorante y adormecido. Y quien
la controla es la Cadena de Librevisión. Por ley es obligatorio tener un aparato
en casa, aunque todavía es legal desconectarlo.
El programa estrella es El fugitivo.
En él, el concursante tiene que huir de los Cazadores durante 30 días. Por cada hora que lo logre, le dan cien dólares nuevos a su familia, al igual que por cada Cazador o representa de la ley que mate. Y si logra sobrevevivir los 30 días, el premio es de mil millones de dólares.
Como cuenta
Dan Killian, el responsable del programa, “Nuestro
programa es también uno de los medios más seguros de que dispone la Cadena para
desembarazarse de personas potencialmente problemáticas como usted, señor
Richards. Llevamos seis años en antena, y hasta la fecha no ha habido
supervivientes. Si quiere que le sea brutalmente sincero, no esperamos que los haya”.
Y por gente problemática, se refiere a personas inteligentes, reivindicativas, que
no se callan ni se conforman con las cosas, que luchan por lo que creen. Y eso,
a quien ostenta el poder, no le interesa en absoluto.
¿Y quién se apunta a un concurso cuando sabe que va a acabar muerto? En
el caso de Richards, le lleva a concursar la desesperación: Su hija pequeña
está enferma, y como él está en paro, no tienen dinero para pagar las
medicinas. La pequeña se está muriendo, así que con el dinero que gane, la niña se salvará.
El fugitivo es una
crítica contra el poder, ese que quiere hacerse rico a costa del pueblo, quien cada
vez es más pobre. No veo tan descabellado el futuro que crea Stephen King. Parece
que cada vez los ricos son más ricos, y los pobres más pobres y numerosos. Y la
televisión, en función de cómo se utilice (porque en sí no es buena o mala),
puede amodorrarnos, distraernos y acomodarnos a una vida con la que no
deberíamos conformarnos.
Como decía al principio, no es la mejor novela de King, pero es entretenida, se lee
rápido y te hace reflexionar. Sobre el final, tiene el sello de King,
fantasioso y gore, con unos intestinos que dan mucho juego. Pero le falta algo,
tal vez profundidad, y por eso, aunque me ha gustado, no me ha encantado.
Recomendación final
Si te atrae la sinopsis y el tema sobre el que trata la novela, léetela.
Si te quieres adentrar en una novela de Stephen King, ésta para mí no es la
mejor, te recomiendo antes Apocalipsis o El resplandor.
Valoración:
6/10
“En un mundo de
fugitivos
el que transita el justo
camino, parece huir”.
John Milton