miércoles, 15 de marzo de 2017

Nada de Carmen Laforet

En 2017 llevo dos lecturas de DIEZ, con mayúsculas. Una fue Una habitación propia de Virginia Woolf, y la otro de la que hoy os vengo a hablar: Nada de Carmen Laforet. Eso sí, os advierto que no os traigo una reseña al uso. Ni siquiera es una reseña. Cada vez me gusta menos esa palabra, la veo tan profesional y seria, tan poco yo…

Nada, de Carmen Laforet


Este año, Carla y yo nos propusimos no leer tantas novedades y leer juntas esos libros a los que tenemos tantas ganas, pero que, por un motivo u otro, siguen aguardando en nuestras estanterías. Y claro, los propósitos y yo no solemos llevarnos muy bien, y las novedades son tan tentadoras… que en lo que llevamos de año sólo he leído dos de esos libros que sé que me van a gustar, pero a los que no encuentro el momento perfecto. Pero cuando leí Nada… me enamoré. La prosa de Carmen Laforet es tan perfecta, tan evocadoras sus palabras y todo lo que transmiten… que no sabía cómo plasmar eso en una “reseña”. Simplemente, me apetecía hablar sobre lo que me había transmitido y lo que para mí ha significado, y no sobre el libro en sí mismo. Y eso es lo que he hecho.


La nada que todo lo abarca, y te asfixia y te ahoga.

La juventud, llena de sueños, anhelos, esperanzas; con la inexperiencia que otorga esa temprana edad, y la ingenuidad, inseguridad e inocencia de la que va acompañada; con todo un futuro por delante, con nuevas experiencias por vivir y sensaciones por descubrir.

Los secretos que guardamos muy profundamente y que, sin darnos cuenta, gritamos en silencio, convirtiéndolos en secretos a voces conocidos por nuestros seres queridos.

La imagen que queremos dar, incapaces de reconocer la que nos devuelve el espejo. La imagen que realmente damos y que los demás perciben de nosotros, unas veces mejor que lo que vemos; otras, más dura, cruel, irrisoria.
Preferir vivir bajo la imagen perfecta de la corrección que dejarnos llevar por nuestros sentimientos y ser felices.

Hambre por la vida, por un futuro mejor, por sentir el cariño de los demás, por huir del destino sombrío que nos aguarda y que quiere agarrarnos sin piedad y robar todas nuestras esperanzas. O, simplemente, un hambre que nos desquicia, que nos come por dentro y que nos hace desesperar por una comida caliente o un trozo de pan.


Sentirnos normales, poder devolver los favores prestados, haciendo regalos que no nos podemos permitir; pasando semanas enteras de privaciones por unos minutos de satisfacción. Fingir para encajar.

No tener nada en la vida, estar vacío, e intentar suplirlo ejerciendo de titiritero con las vidas de los demás, moviendo sus hilos, interfiriendo cruelmente, para soportarte y soportar vivir un día más.

Conectar con la música, hacer vibrar a los demás con ella; tener muchísimo potencial, y desperdiciarlo hasta convertirlo en nada. Sufrir por lo que podríamos haber sido y que nunca seremos; por todo lo que podríamos haber hecho, y en la nada a la que ha quedado reducida nuestra vida.

La amistad, exaltada, idolatrada, magnificada, que nos saca de nuestra monótona rutina y nos da esperanza, alegría, vida. Y que su falta nos hace caer al vacío, volver a la oscuridad, ser un espectro en vida.

La familia, tan normal y tan rara a la vez; con sus relaciones tóxicas, cercanas, crueles y compasivas. No admitir que somos un miembro más, que la locura de la casa también se nos ha contagiado.

Nuestra casa: hogar, opresión, refugio, infierno.

El desasosiego por nuestro presente y, sobre todo, por nuestro futuro, tan sombrío; Por lo que nos gustaría ser y por lo que realmente somos; Por el futuro que nos aguarda, tan distinto y tan alejado del que querríamos. Desasosiego por ver nuestros deseos hechos añicos, nuestros anhelos destruidos.

Leve esperanza, porque ésta es la última que muere, y siempre puede surgir una oportunidad, una mano que nos levante y ayude, y alimente esa esperanza que nos hace salir de la nada y soñar un día más.


PD. Gracias, Carla, por estar siempre ahí. Tan lejos, tan cerca. 

21 comentarios:

  1. Creo que a Laforet le encantaría leer tu no reseña.
    Nada que añadir.
    Besos.
    PD: Tengo esta novela en mi casa hace mil años, y ayer leí a alguien en Goodreads comentando sobre ella y me entraron unas ganas locas de leerla. Y hoy la traes tú aquí. Igual es una señal...

    ResponderEliminar
  2. No la he leído y no me importaría. Un besote

    ResponderEliminar
  3. Como me alegro! Para mi también ha sido un pleno esta lectura! Surgió durante la lectura de Amapolas en Octubre, salía este título que yo leí en el instituto y que recordaba vagamente y sin ninguna emoción... Y lo saqué de la estantería, a pesar de que tenía otros libros previstos... que acierto, porque lo he disfrutado mucho.
    Un beso y original y sentida reseña!

    ResponderEliminar
  4. Te ha quedado una reseña impresionante Teresa, me has hecho recordar mis sensaciones de cuando leí esta novela. Premio Nada....esto me hace reflexionar y llegar a la conclusión que los premios literarios ya no son lo que eran.
    Un besazo enorme

    ResponderEliminar
  5. He leído "Nada" en dos ocasiones, una con 18 años y otra con 31. Las sensaciones fueron diferentes aunque, en todo caso, la prosa de Laforet es estupenda.

    Entiendo esta no reseña que has hecho porque, cuando yo escribí la mía, lo que me salía era casi todo sentimiento. ¡Es tan mágico que una novela despierte todo esto!

    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  6. No he leído esta novela, pero después de leerte, no sé, creo que me están entrando ganas...
    Besos

    ResponderEliminar
  7. No sabes el tiempo que la tengo esperando...no encuentro el momento porque sé que me va a remover por dentro y tu "reseña" me afianza en mi opinión.
    Un beso

    ResponderEliminar
  8. No sabes el tiempo que la tengo esperando...no encuentro el momento porque sé que me va a remover por dentro y tu "reseña" me afianza en mi opinión.
    Un beso

    ResponderEliminar
  9. Hola! Lo leí como lectura obligatoria en bachillerato y aunque me gustó creo que no supe apreciar la obra maestra que es así que quizá me tendré que plantear releerla de nuevo, que me has hecho venir ganas ;) Un beso!

    ResponderEliminar
  10. Pues pedazo de reseña no al uso, estilo Teresa. Me acabo de quedar con unas ganazas de leerla. Así que convincente has sido, te has vaciado en ella. Felicidades.
    Besos

    ResponderEliminar
  11. Sin palabra, me has dejado sin palabras con tu no reseña. Besos.

    ResponderEliminar
  12. Que lindas palabras, hacen que sientas curiosidad por el libro

    ResponderEliminar
  13. Un aplauso para las no reseñas !!
    Es una lectura fantástica, de las que marcan.
    Besos.

    ResponderEliminar
  14. Has elegido un gran libro de una gran autora, un veinte en total!!! Muy buena no reseña ¡Y feliz no cumpleaños! Jaja.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  15. Me ha gustado mucho tu no reseña, es fantástica, besotes

    ResponderEliminar
  16. Precioso Teresa, cuando lo lea vendré para volver a leerte...porque seguro que me impresiona aún más. Qué bonito es todo lo que nos puede trasmitir una buena historia...espero leerlo pronto que el año pasado me quedé con las ganas.

    Besitos

    ResponderEliminar
  17. Plas! Plas! Plas! Magnífica no-reseña para una magnífica lectura!
    Besos

    ResponderEliminar
  18. La leí hace mucho y me gustaría volver a leerla algún día.
    Un beso ;)

    ResponderEliminar
  19. Justo lo terminé anoche, me he quedado alucinada con tu reseña! Es preciosa! Me encantó la novela ese cariño con el que la autora habla de Barcelona, como nos hace sentir el hambre con pequeñas pinceladas como quien no quiere la cosa, de Nada encantó todo. Besos

    ResponderEliminar
  20. Lo leyó mi madre y me lo reomendó

    ResponderEliminar

Me encantaría que me comentaras, en especial si has leído el libro :)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...