Mi opinión sobre Inmersión de J. M. Ledgard

Título: Inmersión

Autor: J. M. Ledgard

Destino, 2017

288 páginas.

Precio: 18 euros

Ebook: 9,49 €

Os voy a confesar el motivo por el que quise leer Inmersión: James McAvoy. Sí, lo sé, suena superficial, pero fue saber que este libro tenía película cuyo protagonista era él y querer leerlo inmediatamente. ¿Se puede ser más guapo y, sobre todo, mejor actor? Desde que le vi por primera vez en El último rey de Escocia, no le he perdido de vista. Así que cuando vi: James McAvoy, espía secuestrado por los yihadistas más oceanógrafa que se sumerge a miles de kilómetros de profundidad me dije: NECESITO leer este libro. Y claro, partía con unas expectativas demasiado altas que, por desgracia, no han terminado de cumplirse. 

Para empezar, el libro es lento. Te cuesta meterte en la historia, y eso que comienza narrando el cautiverio del protagonista encerrado en una habitación en Somalia. Luego “pillas” el punto en el que está contada la novela, y ya te adentras en esta historia que, lejos de la acción que yo esperaba (culpa mía, los prejuicios/expectativas son muy malos) es mucho más reflexiva e introspectiva.

La historia en sí me ha gustado: un espía británico que es capturado por los yihadistas (los cuales piensan que es un ingeniero hidráulico, que sino, lo habrían matado hace mucho) se refugia en sus recuerdos para sobrevivir al tortuoso cautiverio, en concreto, en aquellas navidades cuya vida se cruzó con la de Danielle, matemática que estudia el océano, y con quien ¿tuvo, tiene? una historia de amor.

Inmersión se divide en tres historias que va alternando, mezclando el pasado con cada uno de los presentes de los protagonistas. Por un lado, se centra en el cautiverio de James, el protagonista. El problema que he tenido es que no he podido conectar con él. Aun a pesar de lo que le estaba sucediendo, no he logrado emocionarme / compadecerme / sufrir con él. Las opiniones siempre son subjetivas, pero quiero recalcar que esto es lo que me ha sucedido a mí, a otra persona le puede suceder justo lo contrario. 

En parte creo que no he terminado de conmoverme porque James se pone una coraza para poder sobrevivir, crea una barrera entre él y lo que le está sucediendo para mantener la cordura y recordar quién es y seguir siéndolo, y dicha barrera ha resultado ser demasiado efectiva, porque no sólo mantiene a los yihadistas fuera de su mente, esa desconexión también ha llegado hasta mí como lectora, y es lo que ha impedido que conectara con James. He sentido que era una historia lejana, no algo que le hubiera sucedido a él. Me han emocionado más las historias que cuenta James que la suya propia. Ese relato real de la niña apaleada hasta la muerte, condenada por adulterio, después de denunciar que la habían violado… esas piedras me han dolido de verdad, porque es algo imperdonable que hoy en día aún sucede.

Por otro lado, nos cuenta la vida de Danielle, una matemática brillante enamorada del océano y su intensidad, quien se va a sumergir a miles de kilómetros en una expedición para recabar datos sobre la zona hadal. Y aquí, otra vez, llegan los sentimientos encontrados: me he sentido atraída por ese océano insondable, lleno de vida y misterios, mientras sentía que estaba escuchando una charla sobre ello que yo no había pedido y que en ocasiones captaba toda mi atención, mientras en otras mi interés decaía. Danielle me ha parecido un personaje muy interesante, y me hubiera gustado saber más sobre ella y menos sobre su trabajo (aunque éste ocupe el 90% de su tiempo).

Y, por último, nos relata la historia de los dos, de cuando se conocen en unas vacaciones de Navidad y conectan más allá de lo que ninguno de los dos hubiera creído o se habían permitido hasta ese momento. Lo que iba a ser un encuentro basado en la pura atracción sin posible continuidad debido a sus vidas, se transforma cuando, a pesar de ambos, conectan entre ellos como nunca lo habían hecho con nadie. Y precisamente esta parte, de la que menos esperaba, es la que más me ha gustado, porque ahí sí he conectado con ellos, con sus miedos y reticencias, con la conexión que surge entre ambos, con su historia.

Desde luego, Inmersión es una novela para abordar con calma. Te sumerge en la vida de sus dos protagonistas, explorando los recovecos de su alma y de sus recuerdos, aquellos a los que se aferran para superar sus miedos y sus peores pesadillas. E igual que digo que no he sentido la angustia de James durante su secuestro, confieso que he sentido claustrofobia y vértigo cuando me sumergía junto a Danielle en ese oscuro océano que parecía no tener fin.

La novela tiene frases muy bonitas, de esas que subrayas mentalmente de lo mucho que te han gustado, o que te hacen reflexionar. Lástima que no haya podido conectar con el protagonista.