No digas nada de Raquel Gámez Serrano

«Una situación, solo una, podría conducirme al asesinato: la vida en familia.». Patricia Highsmith.

La cita con la que empieza el libro ya te pone sobre aviso: no vas a leer una novela sobre una familia feliz.

Título: No digas nada

Autora: Raquel Gámez Serrano

Delito, 2019

230 páginas

Tapa blanda

Precio: 16,50 euros

ebook: 3,55 €

ARGUMENTO

Cuando Edit y Jan se casan y se van a vivir a una casa en un pequeño pueblo, los planes de crear una familia feliz pronto chocan ante la imposibilidad inicial de tener hijos. La obsesión de Edit la empuja a vivir en un mundo irreal mientras Jan se aleja de la macabra fantasía que parece rodear el hogar. Hasta que adoptan a Demian. El miedo y los conflictos del pasado no resueltos se apoderarán de sus vidas. La situación se convertirá en angustiosa e insostenible. Pero en una sociedad donde las decepciones se esconden, si no se mencionan, no existen.

MI OPINIÓN

No digas nada es una novela diferente; dura, original, habla de mucho más de lo que a primera vista pueda parecer. Una vez terminada, se queda contigo, gravitando en tu cabeza, asomándose de vez en cuando a tu recuerdo alguno de sus personajes. No cabe duda decir que me ha gustado muchísimo.

Edit y Jan son un joven matrimonio que desea desesperadamente ser padres, pero su sueño se resiste a llegar. Así que un día deciden mudarse a un pequeño pueblo cerca de la montaña, aislado, para estar más relajados y así intentar formar la familia que tanto anhelan. Y allí, rodeada de soledad, sin nada más que hacer que pensar en sus sueños frustrados, y con una familia idílica como vecinos, Edit empieza a fantasear con su imaginario Pol, ese hijo tan querido que se hace de rogar, y que mes tras mes la vida se niega a darle. Y la fantasía y la realidad se entremezclan irremediablemente. ¿Qué daño puede hacer? Es algo inofensivo que hace que se evada de su vida, ¿verdad?

Me ha gustado mucho la manera de narrar de la autora. Te mete en las cabezas de sus personajes mientras a la vez eres espectador de sus vidas, compartiendo sus pensamientos, pero al mismo tiempo siendo simples testigos de la vida de esta familia. “Ten cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad”. Es una frase que alguien debería haberle mencionado a Edit: tu hijo imaginario, idealizado, tan anhelado, jamás va a ser tu hijo de carne y hueso, tu hijo real. Y se podría decir que aquí empiezan los problemas, cuando Edit y Jan adoptan a Demian. Pero no, en verdad solo se precipitan. Y no voy a contar más, porque creo que es de esos libros en los que es mejor sumergirte sin saber mucho sobre lo que te vas a encontrar.

No digas nada es de esos libros que siguen contigo tras cerrar su última página. Y es porque, con pocas pinceladas, la autora retrata muy bien a sus personajes. Sientes sus miedos, sus anhelos. Ves cómo van cayendo en una espiral cada vez más y más negra; cómo sus expectativas chocan con la realidad, cómo su refugio se convierte en su perdición. Y todo esto mientras el pasado no resuelto ni olvidado llama a sus puertas. Y la comunicación se va desintegrando, y entran en una dinámica familiar de todo menos saludable. Y, sin que sepas muy bien cómo, esta disfuncional familia te tiene en sus garras, no puedes dejar de leer, necesitas saber lo que les está sucediendo.

No digas nada es una novela que me ha encantado, te hace reflexionar sobre muchas cosas y es de esos libros que no se olvidan fácilmente. Lo leí hace tres meses (sí, lo sé, tengo varios libros pendientes de los que os quiero hablar desde hace demasiado tiempo) y tengo la sensación de haberlo leído hace solo unos días, de la huella que dejó en mí.

«Evocar recuerdos inventados era un recurso que siempre le había reconciliado con la vida, a pesar de todo lo que ocurrió.».