domingo, 13 de diciembre de 2020

Relato: Emma

¡Buenas tardes! Hoy os traigo un relato muy especial para mí, cuando lo leáis, sabréis por qué... Espero que os guste. Que tengáis una buena semana.



EMMA
Rememoro el día en que deseé que existiera una máquina que guardara y transmitiera recuerdos, olores, sentimientos.

Estoy respirando felicidad, sentada en el sofá, contigo en brazos, medio dormida, mientras canto "Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña". Hace un rato estábamos jugando en el suelo, hasta que el sueño hizo acto de presencia y el cansancio se apoderó de ti. Así que aquí estoy, meciéndote mientras te canto la que es nuestra canción, aquella con la que dejas de protestar y te relajas. Estás adormilada, con tus bracitos alrededor de mi cuerpo. Te abrazo con más fuerza y aspiro ese olor que sólo los bebés tienen: a inocencia, a leche, a algo indescriptible que te llena el corazón y que desborda amor. “Tengo que aprovechar este momento”, me digo. “Emma ya casi tiene un año, este olor desaparecerá para ser sustituido por el suyo propio. Ya ni siquiera huele como cuando nació, ahora es una mezcla a bebé y a Emma”.

El día que naciste, cuando te conocí y me convertí en tía, descubrí que sí existe el amor a primera vista. Con tu manita me agarraste el dedo y me conquistaste el corazón. Y aquí estamos, en este sofá, diez meses después. Cada día que pasa creo que te quiero un poco más. ¿Es posible querer hasta el infinito y, aun así, al día siguiente amar un poco más que el anterior? No sé cuándo me he vuelto tan ñoña. Tal vez cuando te hablé por primera vez y cambié mi voz, mi tono, mi cara sin poder evitarlo. Te beso en la cabeza y vuelvo a aspirar tu aroma, tan cálido y dulce que me alcanza otra oleada de amor.

Me gustaría envolver este momento para regalártelo en un futuro: "Mira, Emma, hubo una época en la que eras tan pequeñaja que yo te cogía en brazos y te mecía mientras te cantaba sin que tú notaras mi voz desafinando, y el mundo era perfecto. Huele, este es el olor de la felicidad. Coge mi mano, esto es lo que yo sentía; deja que te transmita cuánto te quise hace tiempo, cuánto te quiero ahora. Sin palabras. Sin fotografías. Sin vídeos. Utiliza esta máquina para volver en el tiempo, para vernos a las dos mientras hueles tu niñez a través de mis ojos y te transmito en una ráfaga el remolino de sentimientos que me embargaban mientras te tenía en brazos". Pero esa máquina no existe. Podemos hacer fotografías, grabar imágenes y sonidos, y gracias a eso podemos capturar recuerdos y evocar sentimientos. Pero no son capaces de hacerte sentir ese torbellino de amor, esa borrasca de dolor, ese destello de felicidad.

¿Y qué me quedan? Las palabras. Por eso estoy aquí, un año después de estar meciéndote y cantándote nuestra nana, intentando poner en orden mis recuerdos y pensamientos, mientras me imagino escribiéndote y esperando que los dedos sean un buen instrumento para lograr plasmar en un papel la vorágine que me provocas, la ternura que emanas. Pero estoy oxidada, hace mucho que no escribo y he perdido práctica y talento, si es que alguna vez lo tuve.

Aquí estoy, Emma, delante de un folio, rememorando ese día en que te acunaba y deseaba que existiera una máquina que guardase y transmitiese sentimientos. Casi puedo tocarte. Me llega tu olor. Me invade la calma. Pero las palabras se atascan, no tienen brillo, sólo son un borrón de tinta manchando un papel. Significan mucho, no transmiten nada. Y me gustaría tener talento, escribir mejor para ahora saber tallar sentimientos con mis dedos. Me frustro. En mi cabeza y en mi corazón está tan claro...

Releo el batiburrillo de frases que acabo de escribir y me entra la tentación de borrarlo todo, pero al final me decido a guardarlo. Lo meteré en un cajón. Quién sabe, quizá en un futuro descubra cómo esculpir emociones con las palabras. O se invente esa máquina que envasa olores, sentimientos y momentos y pueda contarte que, un día, mientras te abrazaba intentando transmitirte todo lo que te quería, soñé con esa máquina y, en mi mente, la hice real sólo para ti.

8 comentarios:

  1. El nombre de Emma tiene un significado especial para mí...me emociono al decirlo incluso.
    Precioso relato Teresa, precioso.

    Besos.

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  2. Muy bonito. Disfruta de la pequeña.
    Un beso.

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  3. ¿Imaginas el día que le des ese relato a Emma para que lo lea ella sola? El sentimiento de amar incondicionalmente solo se da de esa manera, ni siquiera con el amor de tu vida sentirás lo mismo y si un día llegas a ser madre lo volverás a vivir y rememorarás esas sensaciones con Emma que ahora crees irrepetibles.
    Un abrazo a ambas

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  4. Muy tierno y emotivo. Y, por alguna razón que no acierto a comprender, pienso que no es un relato de ficción... ;-)

    Comparto tus sentimientos. Tú también fuiste pequeña como Emma...

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  5. Pero qué bonito y cuánto sentimiento hay en este relato! Precioso!
    Besotes!!!

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  7. Preciosisimo Teresa,se me saltaron las lágrimas

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Me encantaría que me comentaras, en especial si has leído el libro :)

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